martes, 18 de febrero de 2014

Cupcake Red Velvet

Red Velvet por San Valentín, qué tópico, lo sé, pero me apetecía y ademas tenía que estrenar YA mi regalo de reyes:



Tenía tantas ganas de hacer cupcakes que compré todos los ingredientes, llegué a casa y me di cuenta con horror de que no tenía ni uno solo de mis  utensilios de cocina en ese piso, consecuencias de vivir entre tres casas, nunca tengo mis cosas cuando las necesito...
A pesar de todo, yo soy de las que piensa que la tecnología está sobrevalorada y lo único que nos lleva a usarla es la pereza absoluta. Así pues, vais a ver una receta de estudiantes total, ¡sin batidora siquiera!

Necesitaremos:

  • Para el bizcocho
- 60ml de aceite de oliva
- 160gr de azúcar blanca
- 1 huevo mediano
- una cucharada sopera rasa de cacao en polvo sin azúcar
- 125ml de leche
- 150gr de harina (a mi me salió muy líquida así que aumenté un poco la cantidad 175/200 gr de harina)
- Una cucharada y media de extracto de vainilla ( yo tenia aroma de vainilla, y esa cantidad me pareció una barbaridad, así que puse una ampolla y aun así creo que era mucho)
- media cucharadita de bicarbonato sódico.
- una cucharadita de zumo de limón
- una cucharadita de vinagre blanco.
- colorante en pasta/gel (no uséis el líquido, no quedaran rojos y además os agua la receta)
  • Para la crema
- 120gr de mantequilla sin sal
- 300gr de azúcar
- 125gr de queso de untar cremoso
- una cucharada de leche (yo puse dos)

La receta

Lo primero es poner el horno a precalentar a 180 grados. 
La receta original de Red Velvet lleva buttermilk, pero aquí no es fácil de conseguir así que hacemos un truco del almendruco de esos que a mi me gustan: añadimos a la leche la cucharada de limón y dejamos reposar 5 o 10 minutos. Mientras, en un bol, mezclamos el aceite con el azúcar hasta que se integren. Agregamos el huevo y el extracto de vainilla; tamizamos la harina con el cacao y la añadimos a nuestra mezcla junto con la leche que ya habrá reposado. Por último, en un vaso mezclamos el vinagre con el bicarbonato y cuando burbujee la agregamos a nuestra masa y mezclamos muy bien. Una vez que tengamos una masa homogénea añadimos el colorante, una cucharada o cucharada y media según tiña nuestro colorante.

Echamos la mezcla en las capsulas de papel, llenando unos dos tercios, que previamente habremos puesto en el molde metálico para hornear (sí, compre uno, no quería cupcakes deformes y desparramados). Horneamos 20 minutos, en todo caso, como siempre, podemos comprobarlo pinchando con un palito, si sale limpio están hechos. Una vez sacados del horno los dejamos enfriar en el molde unos minutos y luego los pasamos a una rejilla para que terminen de enfriar.



Ahora vamos con la crema. Para la masa no nos hacia mucha falta un robot, varillas eléctricas o similar, manualmente se puede hacer sin demasiado esfuerzo, pero la crema...eso es otra cosa, aquí vais a hacer más bíceps que en el gimnasio.

Ponemos la mantequilla que debe estar a temperatura ambiente, pomada, junto con la mitad del azúcar y empezamos a mezclar (yo usé un tenedor) al principio parece que nunca se van a integrar, solo salen pelotitas que no se juntan por mucho que mezcles, pero en un momento determinado empieza a tomar forma, añadimos la leche y poco a poco el resto del azúcar. Después de mucho mezclar tendremos una mezcla homogénea a la que añadimos el queso que debe estar frío. Para esta parte use unas varilla manuales, pero con el tenedor se puede hacer también. Hay que integrarlo todo muy bien para que la crema no tenga grumos y adquiera la consistencia adecuada. Para mi gusto la crema era demasiado dulce, la próxima vez reduciré la cantidad de azúcar, por lo menos en 50 gramos.

Cuando los cupcakes estén bien fríos, les ponemos la crema con ayuda de una manga pastelera, que yo no tenía en ese piso, pero ¡que no panda el cúnico! digo ¡que no cunda el pánico! una bolsa de plástico de esas de congelar, con una esquina cortada nos hará el apaño.


¡et voila! 














  
24 horas duraron los pobres cupcakes...ni las migajas sobraron ¡oye!

Y este es el motivo por el que hice los cupcakes, quería prepararle un desayuno de San Valentín a mi novio (la calidad de la foto...es malísima, lo sé pero a las 6 y media de la mañana no encontraba la cámara)



¡A ejercitar las papilas gustativas!

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